Los cambios en la captación, transporte o liberación del oxígeno se reflejan en el valor de tcpO2, lo que ayuda a detectar problemas circulatorios antes de que algún órgano se vea afectado.
La monitorización transcutánea no invasiva del suministro de oxígeno a los tejidos (oxigenación/microcirculación y perfusión de la piel) es una herramienta diagnóstica valiosa y de eficacia demostrada para la detección de la isquemia crítica en las extremidades, la optimización del tratamiento de heridas crónicas y la determinación del nivel óptimo de amputación.
Además, la monitorización transcutánea del suministro de oxígeno a los tejidos resulta útil en la evaluación de la curación postquirúrgica de heridas, la monitorización del tratamiento con oxígeno hiperbárico y la valoración de la viabilidad de los colgajos libres.